Marina Tsvetáieva
Traducción: Eugenio López Arriazu
Sobre la ciudad por Pedro rechazada,
Retumbó el estruendo de las campanadas.
Fulminante se abatió el oleaje
Sobre la mujer que rechazaste.
A Pedro Zar y a vos, oh zar, las alabanzas!
Pero más alto que los zares: las campanas.
Mientras tañen desde el azul del cielo…
Indiscutible surge Moscú primero.
Y las cuarenta cuarentenas de iglesias
Se ríen de la autocrática soberbia.