La literatura rusa tras la caída del muro:  Víktor Eroféiev y el fin de una época

Julián Lescano

Si bien es el autor de algunas de las obras literarias más recordadas de los 80 y 90 en Rusia, decir que Víktor Eroféiev (1947) es única o preferentemente un escritor es una afirmación, por lo menos, aventurada. En su camaleónica trayectoria Eroféiev se ha desempeñado como crítico literario, periodista, libretista de ópera e incluso presentador de radio y televisión.

Esbozar una semblanza de su vida es una tarea compleja: la mistificación pende sobre su biografía como un espejo convexo que lo distorsiona todo. Nacido en Moscú de Vladímir Eroféiev, destacado diplomático, y de Galina Chechúrina, renombrada lingüista y traductora, el multifacético autor sostiene sin evidencia de ningún tipo ser bisnieto de Alexandr Popov, padre de la radiotécnica en su país, y pariente lejano de Dmitri Mendeléiev, el químico célebre, entre otras cosas, por crear la tabla periódica de los elementos. Ha afirmado también, tanto en su programa de televisión «Apócrifo» (revelador título) como en encuentros con lectores e incluso en su libro autobiográfico El buen Stalin, que el capítulo sobre literatura canadiense que redactó como parte de una Historia de la literatura mundial es un puro invento de su imaginación: «empecé a escribir, componiendo ‘extravagantemente’ las biografías de escritores canadienses, las polémicas entre ellos, reseñas críticas venenosas, luchas religiosas, la lucha por la formación de una literatura nacional y, lo más importante, los argumentos de las novelas. Las inventé, una a una, componiendo los caracteres de los personajes. Las tramas, de forma camuflada, giraban en torno a la historia de Metropol, entrelazada con intrigas amorosas» (citado por Орехов, 2014: 248). Sin embargo, los especialistas han puesto en duda ―o al menos limitado el alcance― de estas declaraciones: en su estudio sobre el tema, Borís Orejov concluye que «el grado de ficción en la historia de la literatura canadiense no es tan grande como el escritor lo presenta en su autobiografía. Tenemos ante nosotros la mistificación de una mistificación: un intento de hacer pasar por ficción algo que en realidad no lo es» (254).

Lo cierto es que, más allá de toda ficción, la de Eroféiev ha sido una vida no desprovista de sucesos excepcionales. La historia de Metropol, a la que se refiere al pasar en la frase citada más arriba, se enlaza con su expulsión de la Unión de Escritores Soviéticos en 1979, debido a su colaboración en la revista samizdat (autoeditada) de ese nombre, que daba lugar a producciones de escritores disidentes. Después de la caída la URSS, Eroféiev tuvo un curioso derrotero por los medios de comunicación masiva: desde 1998 hasta 2011 fue conductor del ya mencionado ciclo de televisión «Apócrifo» en el canal estatal Kultura, donde, según él mismo, hacía «odontología del alma: desmontamos nuestras almas y tratamos los agujeros, si es posible, y sacamos algunos dientes […]. El programa es bastante raro para la televisión: no es polémico, no confronta opiniones. Son conversaciones platónicas sobre lo que somos en la vida […]. Hemos logrado lo principal: que temas complejos lleguen a la gente menos sofisticada, pero que a la vez sigan siendo lo bastante sofisticados» (citado por Ларина: 2006).

Simultáneamente, condujo desde 2003 hasta 2011 el programa de radio «Enciclopedia del alma rusa» en la radio Svoboda («Libertad»), más conocida por su nombre en inglés Radio Free Europe, que había funcionado como una usina de propaganda anticomunista durante la Guerra Fría. El punto quizás más extravagante de su paso por los medios lo constituye su escueta participación, en 2008, en el reality show «El último héroe», que abandonó el primer día, al negarse a saltar al mar desde un barco.

Ha vivido con alternancias en Europa y Rusia a lo largo de toda su vida (pasó varios años de su infancia en París, donde su padre trabajaba como funcionario en la embajada de la URSS), pero en 2022, con el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, se estableció definitivamente en Berlín. A propósito de la guerra y de su exilio autoimpuesto en Europa, ha dicho: «Tengo dos almas: una francesa y una rusa. Ni siquiera sé cuál ni cuándo ganará. Pero, de cualquier manera, Europa para mí no es el exilio. Simplemente me fui lejos de toda esta tragedia para entenderla mejor» (Гордон, 2023).

«Exequias para la literatura soviética», artículo que presentamos traducido por primera vez al castellano, apareció originalmente en la revista Literatúrnaia gazeta, en el número de julio de 1990. De inmediato tras su publicación, se sucedieron más de 250 artículos que reprochaban duramente al autor por las posturas que en él expresaba. Muchos escritores incluso cancelaron su suscripción a la revista en señal de protesta. En su texto, Eroféiev reconoce en la literatura soviética de los años 50 a los 80 tres vertientes: la oficialista, la campesina y la liberal. En las tres encuentra falencias, si bien de distintos órdenes y grados (como puede suponerse por el bosquejo anterior, es más indulgente con la liberal que con la campesina, y, a su vez, favorece esta y no la oficialista), y afirma que ya ninguna de ellas tiene lugar ni puede seguir existiendo. Su tiempo ha llegado a su fin. A estas literaturas ya anticuadas Eroféiev les opone una flamante literatura «alternativa» que se caracterizaría, según el autor, «por su disposición al diálogo con cualquier cultura, aun la más remota en el tiempo y en el espacio, para crear una estructura polisémica, poliestilística, que sin dudas se apoya en la experiencia de la filosofía rusa de comienzos del siglo XX, en la experiencia existencial del arte mundial, en los descubrimientos filosófico-antropológicos del siglo XX, que han quedado en general excluidos de la cultura soviética, en la adaptación a una situación de libre autoexpresión y el rechazo de la propaganda especulativa».

Cabría preguntarse qué literatura no alberga en sí una multiplicidad de sentidos, qué literatura no se expresa a través de una pluralidad de estilos. En realidad, Eroféiev, más que pregonar el amanecer de una nueva literatura, está firmando el acta de defunción de una época. En efecto, «Exequias para la literatura soviética» decretaba el fin no solo de la literatura soviética, sino de toda una cosmovisión. Comenzaban los años 90 y la faz del mundo cambiaba inexorablemente al compás del resquebrajamiento de los «socialismos reales» del siglo XX: la bandera de la Unión Soviética se izaría por última vez en el Kremlin poco más de un año después de la publicación del artículo. Para Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas y del Bloque del Este, se trató verdaderamente de una conmoción sísmica. Ciertamente, el campo literario no fue ajeno a esta transformación profunda de las formas de vivir y pensar: empezaron a monopolizar la escena autores como Vladímir Sorokin, Víktor Pelevin (ya abordado en esta columna) y el mismo Eroféiev, que fueron quienes mejor se amoldaron a este nuevo clima de época como representantes de la corriente llamada en Rusia literatura posmodernista. Esta renegó de sus predecesores del siglo XX y buscó sus fuentes y modelos, en cambio, en Occidente, y se caracterizó por la mueca irónica, el gusto por el absurdo, el juego formal, la cita paródica de los clásicos de la literatura rusa y, en definitiva, una decidida actitud de desconfianza hacia toda verdad única y hacia toda forma de representación de lo «real», hacia toda pretensión de búsqueda del «sentido» en el arte y la literatura. Era el fin de las ideologías, el fin de los «grandes relatos»: era el fin de la Historia.

El artículo de Eroféiev resulta, entonces, sumamente ilustrativo, no solo del posicionamiento estético-ideológico de su autor, sino de la mirada de toda una generación de escritores que vio en la literatura soviética un pasado que debía ser enterrado y olvidado para siempre, y en las posibilidades ofrecidas por la apertura a Occidente una fuente de renovación e incluso superación del inmenso legado cultural que la literatura rusa cargaba a sus espaldas.

Este zeitgeist sería el predominante en el país euroasiático a lo largo de todos los 90. En esos años la visión de una literatura irónica, escéptica, retirada de todo compromiso sociopolítico, se convierte en algo parecido a un dogma incuestionable. A partir del nuevo siglo surgirá, sin embargo, un «nuevo realismo» que vendrá a disputar el campo literario a través de posicionamientos y procedimientos completamente antitéticos a los del posmodernismo literario. A este tema, precisamente, le dedicaremos la próxima entrega de este panorama de la literatura rusa contemporánea.

Dejamos a nuestros lectores, pues, con el artículo de Víktor Eroféiev «Exequias para la literatura soviética», fruto y engendrador a la vez de toda una época de la literatura rusa.

Bibliografía

Гордон, Дмитрий (2023). Виктор Ерофеев: Русская литература во многом виновата – она очень подняла маленького человека // ГОРДОН [сайт]. – URL: https://gordonua.com/publications/viktor-erofeev-russkaja-literatura-vo-mnohom-vinovata-ona-ochen-podnjala-malenkoho-cheloveka-1649180.html (дата обращения: 13.05.2024) [Gordon, Dmitri. «Víktor Eroféiev: La literatura rusa es culpable de mucho: elevó demasiado al hombre pequeño»].

Ларина, Юлия (2006). Видеоинженеры человеческих душ // Журнал «Огонёк» N° 4. URL: https://www.kommersant.ru/doc/2296464 (дата обращения: 13.05.2024) [Lárina, Iulia. «Videoingenieros del alma humana»].

Орехов Борис  (2014). Недостоверность мистификации: Придумал ли Виктор Ерофеев канадскую литературу? // Могут ли тексты лгать? К проблеме работы с недостоверными источниками. Материалы Четвертых Лотмановских дней в Таллиннском университете. — Таллинн, 2014. — С. 247—257. — ISBN 978-9985-58-792-8. [Oréjov, Borís. «La no fiabilidad de la mistificación: ¿Inventó Víktor Eroféiev la literatura canadiense?»].

Статья Виктора Ерофеева «Поминки по советской литературе» и ее значение для критики 1990-х гг.. — Текст: электронный // Myfilology.ru – информационный филологический ресурс [сайт]. – URL: https://myfilology.ru//178/statya-viktora-erofeeva-pominki-po-sovetskoj-literature-i-ee-znachenie-dlya-kritiki-1990-x-gg/ (дата обращения: 13.05.2024) [«El artículo de Víktor Eroféiev ‘Exequias para la literatura soviética’ y su significación para la crítica de los años 1990»].