Otra mirada sobre la guerra en Ucrania

Spomenka Hribar

Traducción y análisis: Julia Sarachu

Hace un mes Rok Fink me reenvió un artículo acerca de la guerra en Ucrania, que la socióloga eslovena Spomenka Hribar publicó en el diario Delo de Ljubljana el 16 de abril 2022. Cuando lo leí me interesó mucho y lo propuse para la revista Eslavia, entonces me puse en campaña para conseguir los derechos, con ayuda de Rok que es conocido de Spomenka, y traducirlo.

Lo que más me interesó del artículo es que Hribar analiza las causas y posibles consecuencias del conflicto Rusia-Ucrania desde una perspectiva fraterna, de gran cercanía cultural, pero a la vez descentrada. Por un lado, porque no reproduce la versión oficial de los medios masivos de comunicación en Occidente; por otro lado, porque, si bien escribe partiendo de una situación desde dentro de la Unión Europea, el sujeto de enunciación se autopercibe eslavo y asumiendo la identidad eslava cuestiona la posición de Europa occidental que, según Hribar, históricamente ha desvalorizado a los eslavos, los ha considerado inferiores y no verdaderamente europeos, a pesar de que en varias oportunidades los eslavos han protegido y liberado a Europa, con su fuerza de lucha y la sangre de su pueblo, ante el surgimiento de impulsos imperialistas. Spomenka sostiene que Europa y Rusia se necesitan mutuamente y juntas podrían formar una tercera potencia mundial que podría actuar como mediadora entre China y Estados Unidos; así propone el concepto de Eurasia como la utopía de un eslavismo pacífico que, unido política, social y culturalmente a Europa, estaría en condiciones de afrontar los desafíos del siglo XXI. Este concepto de Eurasia, no muy frecuentado por el pensamiento  latinoamericano, aparece como categoría ideológica en el discurso de varios filósofos actuales del mundo eslavo.

Sin embargo, Europa se encuentra dividida: según Spomenka, Estados Unidos ha promovido este enfrentamiento y es el principal beneficiado, ya que, a partir del corte de relaciones con Rusia, Europa pasa a depender de Estados Unidos para el suministro de recursos fundamentales para el sostenimiento de su economía. Hribar sugiere que incluso es posible pensar en una alianza entre Estados Unidos y China para destruir Rusia y repartirse sus riquezas.

Spomenka hoySpomenka Hribar es una socióloga eslovena que tuvo una intervención destacada, como intelectual y congresista, en el proceso de la independencia eslovena. En el ensayo “Culpa y pecado” de 1983, Hribar denunció, en consonancia con las declaraciones previas del poeta Edvard Kocbek, los fusilamientos extrajudiciales de posguerra que habían sido negados por el régimen yugoslavo. Luchó por la democratización del sistema político, pero cuando Eslovenia finalmente se separó de Yugoslavia y se constituyó como Estado nacional independiente (1991), comenzó a observar una tendencia creciente de la política eslovena hacia la transformación de las estructuras sociales en el sentido de la derecha más recalcitrante y el capitalismo sin límites, y publicó su famoso artículo “Frenar a la derecha” (1993) que, a la luz de los acontecimientos posteriores, podemos juzgarlo como absolutamente predictivo. Quisiera traducir ese artículo próximamente para ustedes. Spomenka fue una mezcla entre Antígona y Casandra en el contexto de la sociedad eslovena durante la década del 80 y 90. Los dejo entonces con el texto. Quiero agradecer especialmente a la autora por ceder los derechos para esta publicación, y a Rok Fink por actuar como intermediario entre nosotras.

Otra mirada

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Desde el punto de vista legal, político, social y ético, el ataque ruso a Ucrania es un acto repudiable, inmoral, absurdo, digno de condena en todos estos aspectos o niveles. Pero como la historia no es una calle de un solo sentido, que conduce directamente al futuro, siempre hay alguien a quien culpar por algún hecho. En el caso de la actual guerra en Ucrania, los rusos son corresponsables y Putin tiene la culpa personalmente. La pregunta es otra: ¿cuáles fueron las causas globales, históricas, ideológicas y la razón por la que ocurrió un determinado fenómeno? Tal vez por eso sería bueno que observáramos cómo Europa se ha comportado con Rusia desde siempre, incluso en el caso de los «juegos previos» a la actual guerra ruso-ucraniana.

Permítanme describir este fenómeno con las palabras de Dostoievski, uno de los espíritus más grandes de la humanidad:

Cuando en el año 1812 expulsamos a Napoleón, no hicimos las paces con él, como algunos pocos rusos clarividentes habían aconsejado y deseado en ese momento, sino que nos propusimos con todas nuestras fuerzas salvar a Europa de los conquistadores y hacerla feliz (Dostoievski, 2007, p. 285)

¿Y qué recompensa obtuvieron? ¿Qué recibieron como agradecimiento? ¡Menos que nada!

Todas estas naciones, que liberamos, inmediatamente, sin haber aún vencido a Napoleón, comenzaron a mirarnos con la mayor falta de benevolencia y sobre todo con maliciosa sospecha. En los congresos, inmediatamente se unieron contra nosotros y tomaron todo para sí, y no solo no nos dejaron nada, sino que también nos impusieron obligaciones, ciertamente voluntarias, pero que fueron perjudiciales para nosotros, como después se evidenció. Y luego, sin importar la lección que obtuvimos, ¿qué hicimos durante el resto del siglo y qué estamos haciendo ahora? ¿Acaso no hemos ayudado a fortalecer los estados alemanes, acaso no hemos creado sus poderes de tal manera que ahora quizás sean incluso más fuertes que nosotros? […] Europa está dispuesta a elogiarnos, a acariciarnos la cabeza, pero no nos reconocerá como propios, nos desprecia, callada y abiertamente, como pueblo y como raza, nos considera por debajo de ellos […] Resulta que ahora todos los países de Europa tienen una piedra en la mano y están listos para arrojárnosla a la primera oportunidad. ¿Qué hemos ganado sirviendo tanto a Europa? Solo su odio… Los turcos y los semitas están más cerca de ellos en espíritu que nosotros los arios (Dostoievski, 2007, p. 285-287).

Hoy en día, probablemente Dostoievski añadiría: más cerca que nosotros, europeos y cristianos.

Porque la actitud despectiva de la autoproclamada única «verdadera» Europa hacia Rusia no terminó ahí, sino que se repitió en el caso de la liberación realizada por Rusia, no solo de su propio territorio sino también de otros países europeos, de la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial. Los historiadores y analistas objetivos reconocen que la participación de Rusia en la superación del nazi-fascismo fue decisiva. En la guerra contra él, la Unión Soviética perdió alrededor de veintisiete millones de personas.

Con respecto a la relación actual de la UE con la Federación Rusa, creo que se ha complicado tras la anunciada aceptación de Ucrania a la UE y la expansión hacia el este de la OTAN, la pregunta fundamental es por qué Estados Unidos y «Europa» no han cumplido su promesa de que, después de la disolución del imperio soviético, la OTAN no se extendería hacia el este. ¡Si se hubiera sostenido ese acuerdo podría haber marcado el comienzo de una nueva era de cooperación de «Europa» (UE) con la Federación Rusa! De modo que los rusos ya no tendrían que preocuparse por su seguridad frente a Occidente. Pero, como en el caso de la victoria sobre Napoleón, tampoco ante la caída del Imperio bolchevique ruso los rusos exigieron la ratificación por escrito de las promesas hechas. ¡Y lo primero que hizo la petulancia norteamericana, junto con su fiel servidora «Europa», fue la instalación de sistemas de misiles en Polonia, y en la frontera rumano-rusa, orientados hacia Rusia! Lo que indudablemente también influyó en la política interna de la Federación Rusa: el sentimiento de amenaza es el humus para el establecimiento y mantenimiento de un sistema autoritario. Sobre todo si el gobierno totalitario lo utiliza para la manipulación. Como hizo Putin.

Esta decisión de la UE fue miope, incluso ciega. ¡Rusia es, como gran parte de Eurasia, un tesoro de todo tipo de minerales y bienes (trigo, petróleo, gas, etc.) y una verdadera reserva de inteligencia, todo lo cual beneficiaría la cooperación normal entre «Europa» y la Federación Rusa! Juntas en cooperación, la UE y la Federación Rusa representarían una tercera potencia mundial anidada entre las dos superpotencias, EE.UU. y China: como una «tercera potencia», una mediadora entre dos superpotencias que pueden competir entre sí hasta el absurdo. ¡Por eso el vínculo entre la UE y la Federación Rusa debería ser cultivado, habría que cuidarlo como a la niña mimada! El Gasoducto del Norte era una gran oportunidad para comenzar un vínculo muy útil para ambas partes, ¡pero el gas no fluyó a través de esas tuberías! ¡Hubiéramos podido comenzar una nueva colaboración, una nueva hora de «realidad europea»! Si concluimos -a la inversa- en el problema del abastecimiento de gas a Europa, que ahora será «solucionado» principalmente por Estados Unidos, vemos a quién le satisface más este «resultado». Para los EE.UU. el Gasoducto del Norte es inaceptable, escriben muchos politólogos europeos.

La ley no escrita es que la reacción es siempre peor que la acción a la que se opone. ¡Y ahora somos testigos de un ataque brutal de la Federación Rusa contra Ucrania! ¡No se puede imaginar nada más inaceptable! Que Putin no puede ganar me parece evidente. Una nación que quiere la libertad no puede ser sometida permanentemente, esto lo han experimentado todos los sistemas totalitarios y todos los ocupantes, incluidos los rusos en Afganistán. Pero todavía no se sabe cuánto está sufriendo y aún sufrirá la gente, y todas las consecuencias de la política sectaria estadounidense-europea. ¡En lugar de esforzarse (después de la caída de la URSS) por la cooperación, establecieron barreras! Pero, ¿qué país observaría con calma lo que ha estado haciendo la OTAN, instalando sistemas de misiles y antimisiles alrededor de Rusia por donde sea posible?

El liderazgo ucraniano también tiene su parte de responsabilidad en la catástrofe actual (como señala el Prof. Dr. Simon Malmenvall en el semanario católico Družina, 13 de marzo de 2022), ya que después del año 2000 impuso sistemáticamente «la uniformidad del ordenamiento nacional y el uso obligatorio de la lengua ucraniana en la vida pública». Por lo tanto, «la categoría de la minoría rusa fue excluida de las estadísticas oficiales».

¿Las sanciones harán que Rusia recapacite? De todos modos afectarán principalmente a la población, ucraniana, rusa y también europea.

A escribir esto me llevó en primer lugar el discurso de la aparentemente amable señora presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: no puedo olvidar su enumeración hostil de lo que «haremos» para castigar a los rusos por la invasión a Ucrania, y si esto no ayuda, vamos a hacer esto otro… Me irritó esa arrogancia, por el «olvido» de que los alemanes habían destruido todas las poblaciones, todos los campos, matado todo lo vivo: ¡dos millones y medio de habitantes rusos y judíos fueron asesinados solo en el camino a Stalingrado! ¿Qué castigo impusieron los aliados a causa de eso a la población alemana después de la guerra? ¡Gracias a Dios que no lo hicieron, ya fue suficientemente terrible la guerra para la gente! Ahora, sin embargo, los alemanes han «despertado» de nuevo, inclusive reforzaron aún más la postura de la Presidenta de la Comisión, el Primer Ministro ha anunciado la militarización radical de Alemania; ¡y dos días después también lo hizo el presidente japonés!

Los criterios a partir de los cuales se evalúan las relaciones hacia los diferentes países deberían ser iguales para todos. Existen distintos criterios de valoración y acerca de la cantidad de guerras y conflictos militares después del final de la Segunda Guerra Mundial. Según algunos criterios, habrían existido 245 guerras y conflictos militares en el mundo entre 1945 y 2001, de los cuales Estados Unidos inició 201 guerras (incluidas la de Irak y Afganistán), y solo 44 no las habría iniciado Estados Unidos. Entre los países invadidos también había estados independientes, soberanos, o en todo caso se les provocó un golpe de estado, se los descabezó y se establecieron gobiernos a su elección, etc. ¡Sin embargo no hubo sanciones de nadie para el agresor EE.UU.! Antes también Putin realizó invasiones (por ejemplo en Chechenia…) y ya por eso mereció haber sido juzgado por el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, ¡lo que ahora propone Biden! Pero si alguien sugiriera que los presidentes norteamericanos que han iniciado guerras contra otros países deberían ser juzgados, se reirían de él, ¡sería increíble!

Tal como yo lo veo, hay algo muy malo en la forma en que la UE por un lado se comporta con hostilidad hacia la Federación Rusa, y por el otro con ayuda y servidumbre hacia el inescrupuloso EE.UU. A partir de ahora, tras la invasión rusa a Ucrania y la ruptura de los lazos de la UE con la Federación Rusa, ¡Europa dejará de existir como sujeto decisivo de la política mundial y de la historia mundial! O por mucho tiempo no lo será.

Que nuestro Primer Ministro (junto con el de Eslovaquia y Polonia) vaya a Ucrania se debe principalmente a su conducta en función de una lucha electoral personal. Su manipulación de las emociones de la gente tras la tragedia de Ucrania es una blasfemia y atañe a nuestras relaciones internas, y en cuanto a las relaciones en la UE, su conducta es controvertida; esto es la política de la derecha europea, que no le alcanza con la grieta “doméstica”, y por eso la extiende hacia afuera. En la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también veo, además de solidaridad con Ucrania, una manipulación de su destino.

¡En este momento la culpa de la guerra en Ucrania recae sobre Putin! Todos los medios eslovenos, europeos, estadounidenses y otros escriben e informan sobre esto. Yo escribo que hay otra mirada posible del conflicto. De hecho, quería llamar la atención sobre el carácter de la política europea, como se muestra concretamente, en relación a los refugiados en general. El tweet del gobierno lo explicita con mayor precisión: “Los refugiados ucranianos provienen de un entorno que es, en sentido cultural, religioso e histórico, algo completamente diferente del entorno del que provienen los refugiados de Afganistán”. ¿Qué nos dice esta declaración? Los refugiados ucranianos son «nuestros», porque son algo completamente diferente de los refugiados (extranjeros) de Afganistán, Siria…, por lo que aceptamos refugiados ucranianos, pero no a los otros. Los refugiados ucranianos son europeos, en términos culturales, religiosos e históricos. Los refugiados de Afganistán, Siria… son no europeos en sentido cultural, religioso e histórico. Se silencia la etiqueta: en sentido racial. Después de todo, las etiquetas enumeradas (cultura, religión, historia) indican implícitamente la diferencia racial.

¡Es correcto que los países europeos se estén esforzando para aceptar a los refugiados ucranianos! Sin embargo, debemos considerar lo que significa el fundamento por el cual todos los países rechazan refugiados de Afganistán, Siria (inclusive Alemania decide rechazarlos, después de determinar que ya tiene suficientes para su fuerza laboral futura). Alambrados, policía, ejército, perros rastreadores… ¡Ahora las puertas de los países europeos están abiertas de par en par! No solo por compasión de los que sufren, sino por la diferencia racial entre ellos y los otros. También Eslovenia acepta desafortunados refugiados ucranianos, ¡así es! Pero vaciló, e incluso devolvió a Croacia a familias, a madres con niños…

Una joven de Zimbawe, que estudiaba ingeniería espacial en Ucrania, fue empujada por la policía de frontera y la obligaron a ceder su lugar a ucranianos. Ella y los suyos fueron “tratados como animales” porque son de otra raza. «¿Por qué los europeos», pregunta Zorana Baković (Delo, 5 de marzo de 2022, p. 16), «caen en el racismo tan fácilmente?»

Así, «Europa» ha colocado el sectarismo racial a nivel de principio de la política europea. ¡Y lo terrible es, además de los horrores de la guerra en Ucrania, que esto ahora, me temo, se manifestará en el carácter de la UE y todos sus países! ¡Mientras el sectarismo sobre base cultural-racial sea un principio fundamental de la política europea, a pesar de la comprensible solidaridad con los ucranianos, el peligro de guerra en su territorio permanecerá vigente! Las señales están ahí: los países europeos se están armando rápidamente. ¡También Alemania!

¿Acaso la invasión rusa a Ucrania, junto con la reacción de los países europeos, significa el fin de la «idea europea»?

Y entonces la conclusión de esta «otra mirada»: ¡los eslovenos deberían esforzarse por la coexistencia entre la UE y la Federación Rusa, y también por su aceptación en la UE bajo las mismas condiciones que valen para otros países! Y la UE enviaba señales o incluso promesas a Ucrania de que podría estar incluida en la OTAN, que está de su lado… Ahora le ha dado la espalda. ¡Por supuesto, no puede arriesgarse a un conflicto con los rusos! Pero el engaño ha ocurrido, ya sea por la certeza equivocada de que el «oso ruso» no reaccionaría o por la indiferencia ante el destino del otro. Los ucranianos confiados ahora tienen que valerse por sí mismos. Bueno, la UE y Norteamérica ya estarán exportando armas a Ucrania…

La desconfianza histórica y la actitud de superioridad de «Europa» hacia los eslavos planteó incluso el nazismo de Hitler como una cuestión racial, solo que hay (había) demasiados eslavos para emprender su asesinato genocida como el de los judíos y gitanos; condenaba a los eslovenos «solo» al culturicidio. Tal actitud desconfiada y de superioridad hacia los eslavos en esencia (quizás inconscientemente) permanece hasta hoy.

No debemos olvidar los intereses milenarios de los germanos (¡que de tanto en tanto resuenan en algún discurso!) y por lo tanto deberíamos procurar el acercamiento de todos los pueblos, todas las naciones eslavas, en lugar de aceptar su separación. Sólo así, bajo el supuesto de un nuevo eslavismo pacífico, aseguraríamos una posición de europeidad equilibrada, a conciencia de que parte de la identidad de los eslovenos y las eslovenas tarde o temprano sigue siendo eslava. Y en conocimiento del peligro que nos amenaza (¡a toda Europa!) desde el Lejano Oriente y acerca del cual nos informa Zorana Baković en el artículo «Los grandes ideales ya se han estrellado contra el muro»: conversando con uno de los líderes chinos, este señaló que China tendría que «abrir la discusión acerca de los territorios que nos fueron quitados en el pasado por la Rusia zarista y luego también por la Unión Soviética Comunista» (Delo, 26.02.2022, p. 20). ¿Permitirá la UE que China se quede con Siberia para debilitar y castigar a Putin/Rusia? ¿O acaso se la repartirán entre China y Estados Unidos (que, así como Trump quería comprar Groenlandia, compró Alaska a Rusia en el siglo XIX)?

¿Y qué hará la UE si Putin pierde completamente el control y es depuesto por los propios rusos? ¿Recuperará el sentido y tal vez entonces se dé cuenta de que, junto con Rusia, realmente necesita a Siberia? ¡Y paz!

Los eslovenos también somos corresponsables de lo que está sucediendo hoy y especialmente de cómo será la futura relación de la UE y la Federación Rusa. ¿Llegaremos alguna vez a Eurasia como un sujeto igualitario de la política mundial?

¡Después de esta catástrofe en Ucrania, ese es un sueño casi irrealizable!

Bibliografía

Dostoievski, F. (2007). Dnevnik pisatelja II. Beletrina: Ljubljana, p. 285-287.

Notas

Artículo original: Spomenka Hribar, Diario Delo, Sobotna priloga, Ljubljana, 16/04/2022, pág. 14 y 15.

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