Mobiliario e inmobiliario

Arina Óbuj (Sobre la autora)

Traducción: Daniela Arias Barragán

Cada vez que voy por la Nevski y miro a mi alrededor, me tropiezo con un anuncio: “Alexander Inmobiliario”.

Y cada vez sonrío sin querer por el nombre de esa agencia.

Tengo un conocido llamado Alexander. Y él también vive en la Nevski. Por su ventana van pasando la vida, la gente, los autos. La nieve y la lluvia.

Pero Alexander no va a ninguna parte. Porque es inmobiliario.

No, con su aparato locomotor todo está en orden y Alexander tiene planes en cantidad, pero nada avanza más allá de esos planes tampoco. Con el tiempo, todos desaparecen de la vida de Alexander: esposas, hijos, amigos, gatos, perros, tortugas… leones, águilas, perdices. Más bien, en cierto momento solo empiezan a moverse. En dirección opuesta a Alexander.

Y yo también. Me muevo. En dirección a la Plaza Vosstániya.

Y allí veo a otro Alexander: Alexander III.

Él no está en la plaza. Pero aun así lo veo: el zar bogatyr,[1] y debajo de él, el corcel bogatyr; no es ceremonial, sus patas no son delgadas ni hace cabriolas; es auténtico, poderoso, sus patas están exhaustas y son pesadas… Y las cavilaciones del jinete coronado y su corcel también son pesadas…

Un monumento con destino: despreciado y profanado por los necios, destronado, reprimido y hasta el día de hoy exiliado.

Y, lo más importante, es un monumento vivo. Aunque sea porque, a diferencia de Alexander-inmobiliario, por ejemplo, él siempre se mueve. Al principio en dirección al pequeño patio de servicio del edificio Benois, más allá del alcance de la mirada, y luego, al pequeño patio sombrío del Palacio de Mármol. Se yergue tras las rejas, sus cavilaciones siguen siendo así, pesadas.

Y el pueblo no se rinde, se angustia, intercede por el zar: atrás, dice, a la plaza, a su lugar legítimo, ¡al que le corresponde!

Es decir que se bosqueja la trayectoria del futuro movimiento. Y el movimiento es vida.

Y cada vez que paso cerca de la Plaza Vosstániya pongo el monumento en su lugar. Me deleito con este espejismo.

Honro el triunfo de la justicia.

Notas

[1] Héroe guerrero medieval ruso al que están dedicados muchos poemas épicos.