Entrevista al escritor Alexéi Varlámov

Omar Lobos

Alexéi Nikoláievich Varlámov (Moscú, 1963) es uno de los nombres importantes de la literatura rusa contemporánea. Es el autor de novelas y relatos como El nacimiento, El papanatas, El arca hundida, La cúpula y otras, por las que ha recibido numerosos premios y reconocimientos. De todas ellas, solo la primera está traducida al castellano.

Además, es autor de varios textos de la colección de biografías, célebre en Rusia, “Vida de personas notables” (Жизнь замечательных людей – ЖЗЛ), entre los que se destacan los dedicados a los grandes escritores ruso-soviéticos Mijaíl Bulgákov y Andréi Platónov.

Desde 2014 es el rector del Instituto de Literatura Maxim Gorki, centro de estudios superiores para la formación de profesionales de la literatura.

Lo hemos conocido en 2015, cuando visitó Argentina en 2015, y además hemos tenido oportunidad de reencontrarlo en foros y congresos de MAPRYAL (por sus siglas en ruso, Asociación Internacional de Profesores de Lengua y Literatura Rusa), tanto en Cuba en 2022 como en San Petersburgo en 2023.

Sobre la propia actividad literaria

¿Cómo llegó a ser escritor, o cuándo comenzó a pensar que esto podía ser su carrera? ¿Escribir para usted es una profesión o, digamos, una vocación?

Yo empecé a escribir muy temprano, cuando tenía unos siete u ocho años. Pero lo que me movió fue el largo camino de la ciudad a la dacha. Y, para no aburrirme, empecé a pensar para mí mismo diversas historias, y después las anotaba. Otro motivo más fue el miedo infantil a la muerte, que me abrumaba en aquellos mismos años. Y la literatura, la creación, se volvió un remedio, una manera de dominarlo. Pero en convertirme en un verdadero escritor yo no podía siquiera pensar. Es igual que soñar con ser cosmonauta. Pero de algún modo se dio. Y en lo que toca a la profesión o la vocación, creo que de uno u otro modo hay aquí un poco de las dos.

¿Qué autores aparecen como sus modelos o influyeron en usted, tanto de la literatura rusa como de la universal?

No voy a ser muy original. Pushkin, por supuesto. Dostoievski, Chéjov. Del siglo veinte, [Iván] Bunin, Iuri Kazakov. Platónov por supuesto. De la literatura universal, me gustan mucho [Knut] Hamsun y Boris Vian. A los alemanes los adoro: Thomas Mann, [Heinrich] Böll, [Hermann] Hesse. De los ingleses (e irlandeses), [John] Galsworthy, [James] Joyce, [John] Fowles, [Julian] Barnes, [Kazuo] Ishiguro. De los americanos, [William] Faulkner, [Ray] Bradbury, [Ernest] Hemingway, [John] Steinbeck, [Francis Scott] Fitzgerald. Pero en general quién influyó en quién es un misterio…

¿Cómo escribe usted, en general, una nueva obra? ¿Cuáles son sus temas favoritos?

A un nuevo trabajo me es difícil entrar, con lo ya escrito me es difícil separarme. Trabajo todos los días, a menudo hasta el mediodía. Los temas son los más diversos. Pero hablando convencionalmente, escribo prosa artística y documental. Entre ellas no siempre se puede establecer un límite preciso, pero con todo entre lo ficcional y lo real hay una diferencia. El hacerse adulto, el ser humano y la historia, el nacimiento, la muerte, el amor.

¿Cuál de sus obras considera la más acabada o más satisfactoria en su forma artística?

De los trabajos documentales, seguramente la biografía de Bulgákov. Ha sido traducida a muchas lenguas, y me parece que con bastante éxito. De los artísticos, es más complicado decir cuál. Pero quizá la última de mis novelas, El llamado de los Reyes Magos, que aún no está publicada, pero he trabajado en ella bastante tiempo y, como se dice, he puesto en ella mucho de mi alma.

¿Tiene usted algún objeto o tema sobre el que quiera escribir y aún no lo ha conseguido?

Yo he escrito mucho sobre el pasado en los últimos años, y poco sobre el presente. Pero aquí en la última novela, cuya acción transcurre en 2018, me aproximo. Y otra cosa más a la que quisiera volcarme es a escribir algo para niños.

¿Lo satisface la literatura rusa actual?

Hoy se considera de buen tono denostarla, pero por regla hacen esto quienes no la leen. En tanto yo leo todo, mi relación para con ella es de más beneplácito.

En español solamente fue editada su novela El nacimiento, ¿verdad? ¿A qué otras lenguas han sido traducidas sus obras y qué significado desde el punto de vista literario les otorga a las traducciones? ¿No les “tiene miedo”?

Además de al español mis trabajos están traducidos al alemán, al francés, al italiano, al polaco, al búlgaro, al serbio, al macedonio, al armenio, al chino, al vietnamita, al coreano. Evaluar estas traducciones no puedo, pero en principio por supuesto que es importante y es agradable que te lean en otros países.

Usted estuvo en Argentina hace unos años. ¿Qué tanto conoce la literatura argentina o la literatura en lengua española en general? ¿Encuentra rasgos comunes entre la literatura rusa y la latinoamericana?

De los autores argentinos he leído a Borges y a Cortázar, además del conocido poema Martín Fierro de José Hernández. De otros latinoamericanos, García Márquez, Vargas Llosa, Juan Gabriel Vásquez, Volodia Teltelboim, Hernán Rivera Letelier. Después, por supuesto, poesía: Lorca, Neruda, Rubén Darío, José Martí, Miguel Hernández. De los escritores españoles contemporáneos, Fernando Aramburu.

En lo que hace a rasgos comunes entre la literatura rusa y latinoamericana, yo creo que muchas ideas del “realismo mágico” fueron anticipadas en la prosa de Andréi Platónov.

Sobre la colección Vida de personas notables (VPN)

VPN es una colección de biografías muy conocida y popular, que con algunos intervalos existe desde 1890. ¿Puede decirse que es el proyecto editorial más antiguo de Rusia?

De que sea el más antiguo no estoy seguro, pero que es el de más larga duración es un hecho. Al lector le interesan los destinos, le interesa la vida personal de los escritores, sus relaciones con la época.

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Usted ahí es autor de las biografías de escritores rusos de primerísimo rango, como Bulgákov, Platónov, Grin, Prishvin, los primeros incluso muy conocidos también en el extranjero. ¿Ha elegido usted mismo sobre quién escribir o se los propusieron, teniendo en cuenta que allí escriben escritores importantes?

Por regla, la elección del protagonista es objeto de acuerdo entre el autor y la editorial. Aspiramos a que a todos les sea interesante en todos los sentidos de la palabra. Pero de un modo u otro casi todos mis protagonistas en cierto punto son contemporáneos, escritores de la primera mitad del siglo XX, que sufrieron la terrible fractura de la revolución de 1917. Es el Siglo de Plata, que dio un vuelco en la dura época bolchevique.

¿Sobre cuál de estos autores le fue más interesante escribir?

Fue interesante sobre todos. Pero las figuras más brillantes en mi lista son Bulgákov, Platónov y Alexéi Tolstói.

Un escritor que escribe sobre un escritor, ¿es esa la regla general?

En principio, el hecho de que durante los últimos años justamente los escritores, conocidos en Rusia y en el extranjero, hayan empezado a trabajar en este género y escriban justamente sobre escritores es asaz demostrativo. Zajar Prilepin, Serguéi Shargunov, Dmitri Bykov, Maia Kúcherskaia, Vasili Avchenko, Pável Basinski, Alexandr Seguen, Valeri Popov, Lev Danilkin, Vladímir Beriozin, Serguéi Dmitrenko, Alisa Ganíeva, Andréi Rubánov son la magnífica, brillante y de diverso pelaje compañía de autores de VPN.

¿Cuáles son las reglas generales que hay que observar para escribir?

Si hablamos de biografías, lo principal es escribir la verdad e ir detrás de los hechos. Y no al revés.

¿Cómo ha trabajado en general usted en sus libros de la colección? Pues esto exige una investigación muy seria, y después la elaboración de los materiales.

Sí, pero eso es muy interesante. Cualquier biografía es una novela policial, donde tu protagonista hace el papel del sospechoso y vos el del juez de instrucción, cuya tarea es establecer la verdad.

Sobre el Instituto de Literatura “Maxim Gorki”

El Instituto de Literatura fue creado en tiempos soviéticos para la formación de escritores, o, mejor dicho, de trabajadores de la literatura, por cuanto allí es posible prepararse para tareas editoriales, para la traducción literaria, para la crítica. ¿Cuál de estas orientaciones aparece como la más significativa, o la más popular, o la más célebre?

En un grado u otro es importante todo, pero lo que más interés despierta en los estudiantes es la prosa. En los últimos años crece la atracción por la dramaturgia, mientras que el número de poetas y de críticos va menguando.

En relación con la escritura literaria, ¿cómo es preciso comprender en general la formación, qué materias estudian allí los estudiantes para convertirse en escritores profesionales?

En principio es una sólida preparación en el área de las letras y la cultura general, con base en la práctica estilística, la literatura actual, el derecho del autor, además de seminarios creativos dictados por escritores rusos contemporáneos.

¿Qué es lo que distingue una institución así de otras casas de altos estudios?

El Instituto de Literatura es una institución educativa única también teniendo en cuenta su aspecto camarístico: no es muy grande, está magníficamente ubicado en el centro mismo de Moscú, pero lo principal es la atmósfera creativa, el “ambiente de oración” de este lugar histórico, más un excelente staff. Nuestros maestros son los más célebres, brillantes y respetados escritores de Rusia, con premios literarios, autores de best-sellers traducidos a muchas lenguas. Leonid Iuzefovich, Andréi Guerásimov, Serguéi Chuprinin, Alexandr Snieguiriov, Konstantín Kédrov, Víktor Kiréiev, Anatoli Koroliov, Evgueni Sídorov, Pável Basinski, Ígor Volguin.

Usted es rector desde 2014. Es usted mismo escritor. ¿Cuáles son sus miradas sobre la formación?

El Instituto no es el único camino para la literatura, pero es un buen camino. Sí, a diferencia de la música, donde no es posible lograr el éxito sin recibir una formación profesional (y lo mismo ocurre con el arte actoral, la dirección escénica, el circo, la pintura, etc.), en la literatura es posible abrirse camino sin una preparación profesional. Y no obstante para la persona que escribe hallarse en la juventud en un ambiente literario es muy importante. El Instituto crea este ambiente.

¿Cuántos alumnos estudian aquí en el presente y de dónde provienen? ¿Hay estudiantes extranjeros?

En el Instituto hay dos formas de estudio: presencial y a distancia. En la facultad presencial estudian aproximadamente 450 personas, a distancia 200. Además está el postgrado y la formación complementaria: los cursos superiores de literatura, los cursos de creación literaria, los cursos editoriales. En total son cerca de mil personas. Extranjeros hay, pero no muchos, porque para el estudio se necesita dominar bien el ruso.

¿Puede nombrarme conocidos referentes de la literatura que sean egresados del Instituto?

Si hablamos de otras épocas, antes de la guerra, tenemos a Serguéi Mijalkov (autor del himno)[1], Konstantín Símonov, Margarita Aliguer. Después hay una fuerte generación de escritores y poetas de la guerra: Grigori Baklánov, Iuri Bóndariev, Konstantín Vanshenkin, Iulia Drúnina, Víktor Kúrochkin.

Si hablamos de que para la literatura rusa siempre fue característica la división entre occidentalistas y eslavófilos, escritores del suelo y liberales, en las tradiciones del Instituto siempre se pudo hallar tanto de unos como de otros. Iuri Trífonov, Evgueni Evtushenko, Bella Ajmadúlina, Fazil Iskander, Robert Rozhdéstvenski. Y por otro lado Vasili Belov, Nikolái Rubtsov, Iuri Kazakov, Vladimir Soloújin.

Y otra circunstancia importante: tanto la Unión Soviética como la Federación Rusa son países de muchas nacionalidades, de muchas lenguas, y en el Instituto de Literatura han estudiado representantes de diversos pueblos de nuestro país: el kirguís Chinguiz Aitmátov, el daguestano Rasul Gamzátov, el tajikistano Timur Zulfikárov, el kazajo Abdiyamil Nurpeisov.

Si hablamos de autores contemporáneos, yo nombraría a Maxim Amielin, Pável Basinski, Oleg Pávlov, Román Siénchin, Víktor Pelevin, Marina Stepnova, María Stepánova, Svetlana Vasilienko y otros.

Muchas gracias, Alexéi, por su disposición.

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Alexéi Varlámov (centro) con Omar Lobos y Julián Lescano, miembros de la Sociedad Argentina Dostoievski, en la Casa Pushkin de San Petersburgo. Septiembre de 2023.

Notas

[1] Y padre de los cineastas Nikita Mijalkov y Andréi Konchalovski. (N. del T.)