Eugenio López Arriazu

María Vútova es traductora e intérprete con máster en Traducción e Interpretación por la Universidad de Sofía y licenciatura en Filología Hispánica. Es doctora (cum laude) en Antropología de Culturas Americanas por la Universidad Complutense y ha realizado trabajo de campo con pueblos indígenas de la cuenca del Orinoco en la Amazonía venezolana. Ha traducido al español obras de Gueorgui Gospodínov, Zdravka Evtímova. Por sus traducciones recibió el Premio de la Unión de Traductores de Bulgaria y fue finalista del Premio Literario Peroto. Con más de 20 años de experiencia como traductora, María ha trabajado con importantes entidades culturales como la Feria del Libro de Madrid, el Hay Festival, el Instituto Cervantes, el Matadero, el Cine Doré y otros. Desde 2024 hasta 2027 participa en el programa CELA III como mentora de traducción. Es miembro de ACE Traductores, España.
¿Cómo llegaste a ser traductora del búlgaro?
El búlgaro es mi idioma materno, nací en Sofía y viví allí hasta los 25 años, cuando me mudé a España donde vivo desde hace casi veinte años. Toda mi vida profesional siempre se ha desarrollado en castellano, soy hispanista y americanista. Me licencié en Filología Hispánica por la Universidad de Sofía, luego hice un Máster en Traducción e Interpretación, más tarde, en la Universidad Complutense de Madrid me doctoré en Antropología de Culturas Amerindias. Y bueno, mi caso es el de la llamada traducción inversa, pues traduzco al castellano, que no es mi idioma materno, pero sí mi idioma de trabajo, mi idioma activo y principal en el que no solo traduzco sino también escribo, enseño, publico artículos, me relaciono en mi vida diaria etc. Siempre me han encantado la traducción y la interpretación, ya en la universidad lo disfrutaba mucho, tuve magníficos profesores, y ahora me dedico a tiempo completo a la traducción literaria.
¿Traducís de otros idiomas?
He traducido del inglés y del ruso, pero no literatura, sino traducciones técnicas. Actualmente mi combinación activa de idiomas de trabajo es del búlgaro al español.
¿Podrías contarnos brevemente algo sobre el idioma búlgaro? (como para alguien que no sepa nada ni lo haya escuchado nunca).
Para alguien que no sepa nada acerca del idioma: el búlgaro pertenece a la familia de lenguas eslavas, igual que el ruso, el serbio o el polaco. Usa el cirílico, un alfabeto que se creó en la Escuela de Preslav a inicios del siglo X por alumnos de los santos hermanos Cirilo y Metodio, clérigos bizantinos y misioneros del cristianismo, hoy patronos de Europa, que inventaron el glagolítico, el más antiguo de los alfabetos eslavos, y lo usaron para traducir la Biblia a un idioma bárbaro unos siete siglos antes del reformador alemán Martín Lutero. El cirílico se deriva de ese primer alfabeto eslavo.
Contanos algo sobre tu experiencia y recorrido.
Mi debut en la traducción literaria del búlgaro fue una zambullida a lo profundo: Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov, un libro hermosísimo, de esos que te marcan. A mí me marcó como lectora, y tener la oportunidad de traducirlo fue un enorme deleite y una responsabilidad tremenda. Como pasa con cada libro, claro. Gospodínov es el autor al que más he traducido de momento, tres de sus novelas y un libro de relatos, y ya vienen más libros suyos en camino. El premio Booker International que ganó junto con la traductora Angela Rodel por Time Shelter (Las tempestálidas en España) fue una enorme alegría para todos y colocó la literatura búlgara en un lugar más visible. Espero que más editores se animen a apostar por publicar escritores búlgaros. He traducido también un libro de relatos de Zdravka Evtímova, Sangre de topo, cuyos personajes femeninos impactan con su fuerza y resistencia pese a la vida miserable que las rodea. Víctor Páskov y su gran Balada para Georg Henig es un libro con el que disfruté especialmente y estoy muy feliz de que por fin se podrá leer en castellano. De estos dos últimos autores, además, puedo decir que tengo una satisfacción personal porque fueron propuestas que yo misma preparé y lancé a las editoriales, y cuando un editor responde y ves que el libro le gusta, la alegría es doble.
¿Qué tan bien está representada la literatura búlgara en español?
Está bien representada gracias al trabajo de magníficos traductores como Liliana Tabákova que ha traducido a Angel Wagenstein, a Elena Alexieva, a muchos poetas búlgaros. Viktoria Leftérova es la traductora al castellano de Yordán Radíchkov, Alek Popov. Hay muchos poetas búlgaros traducidos al castellano también por Rada Panchovska, Marco Vidal. También están los autores búlgaros que escriben en otros idiomas, por ejemplo, Miroslav Penkov, Kapka Kasabova, Ilija Trojanow. Y hay más, no pretendo ser exhaustiva ahora mismo. Aun así, me parece que la literatura búlgara sigue siendo bastante desconocida para el lector promedio en España. Hace falta mucho más apoyo por parte del Estado búlgaro, inversión en la cultura, en la literatura, en la enseñanza del búlgaro como idioma extranjero, hace falta mucho más apoyo efectivo a los editores extranjeros que se animan a publicar autores búlgaros. Queda mucho por hacer.
Contanos un poquito sobre lo que te parece que falta o habría que traducir de literatura búlgara.
Oh, falta tanto. No solo escritores jóvenes y noveles con las últimas novedades, que es lo que suele atraer la atención a la crítica, sino la generación de escritores anterior a la de Gospodínov, la suya propia, y la siguiente. Falta muchísimo…
¿Qué estás traduciendo en este momento?
Ahora justo acabo de terminar la traducción de Caravana para cuervos de Eminé Sadk, una novela maravillosísima de la que he disfrutado enormemente, escrita con mucha inteligencia y mucho humor. La autora nació en 1996 y ha crecido en Isperih, una ciudad en el Ludogorie, la región nordeste del país, junto al Danubio. Una región con población musulmana de origen otomano que ha vivido en Bulgaria durante siglos. El Deliormán, nombre original turco de la región, ha estado fuera del foco y del interés mediático. Como dice la autora en el libro, los políticos solo se acuerdan de la gente que vive allí cuando les conviene meterlos en algún enredo político o en época de elecciones. Pero es una región que también ha permanecido desconocida para el resto del país, concentrado siempre en la capital y desatendiendo la provincia. Y en este libro Eminé Sadk habla del hombre pequeño y trasparente de la provincia que tiene muchas historias que contar, mucho que compartir, pero al que nadie hace caso. Es una novela de mucha acción, rápida, cómica, tierna, humana, profunda, sagaz, magnífica, vamos. ¿He dicho ya que la he disfrutado muchísimo?
¿Qué te gustaría traducir en el futuro? ¿Tenés un autor favorito?
Me encantaría traducir, de hecho, estoy preparando las propuestas, Хайка за вълци, La caza del lobo, de Ivaylo Petrov o Wolf Hunt en su edición en inglés en traducción de Angela Rodel, que es de las mejores novelas búlgaras del siglo XX. También Tabaco de Dimítar Dímov, otra de las novelas clave de la literatura búlgara, que fue traducida al castellano y editada en Sofia en los años sesenta, pero esa traducción hoy en día sólo figura en las listas bibliográficas, no ha llegado al lector. Me encantaría traducir Stanislav Stratíev, sus ensayos y obras teatrales.
¿Qué le recomendarías leer a alguien que no conozca nada de literatura búlgara, como para empezar?
Pues si quiere leer un clásico moderno, los relatos de Yordán Radíchkov. Si quiere empezar por el referente del momento, Gospodínov, quizás empezaría por sus relatos, para luego seguir con las novelas por el orden en el que fueron apareciendo. Pero también todos esos autores de los que hablábamos antes. Se me olvidaba mencionar a Nikolai Grozni, traducido al castellano desde el inglés, si no me equivoco.
Agregá, por favor, cualquier cosa que quieras mencionar.
Muchas gracias, Eugenio. Enhorabuena por tu trabajo con Eslavia.