Ekaterina Zajarkiv

Introducción y traducción: Indira Díaz

Ekaterina

Ekaterina Zajarkiv es poeta, lingüista, investigadora de poesía moderna, traductora y doctorante en filología. Editora y co-fundadora de los proyectos F-pismo”, una plataforma en la que se publican textos que involucran, problematizan y analizan la lógica de la escritura queer y feminista, GRYOZA (https://greza.space/publications/) y del almanaque- ogon (http://fajro.abc-group.ru/ ). Ganadora del premio Arkadii Dragomoshchenko en 2016. Autora de los libros de poesía Felicity Conditions (М.: АРГО-РИСК, 2017) y Versiones/ Ondas (Versii/ Volny М.: Novoe literaturnoe obozrenie, 2023). Sus poemas se han traducido al inglés, al español, al italiano, al polaco, al letón y al chino.

***
me llamaste
como resultado del cálculo matemático de la distancia entre nosotros,
en algún momento de un abril inesperadamente amueblado
con malezas y zanjas

durante el ataque a Gaza yo lavaba el piso por segunda vez en la noche limpiando tu reflejo de los azulejos cuadrados
los canales de noticias ya habían suspendido la emisión

tú llamaste
como alexander bell
por el teléfono de la empresa “amarga decepción”

y a pesar de eso pudo escucharse algo, amargo, dulce
aunque no hayas dicho nada
a lo largo de la señal de la torre, puesta directamente al sol

te quedaste callado
en mi poema favorito desde el cual llamaste

CHICAS

Esta chica vive en la cima del Kilimanjaro, los halcones de Tanzania se meten en sus oídos, y alrededor de su cabeza lleva una traviesa nube (rosada, azul, a veces claramente dorada), ella habla sin acento en lengua tigriña, leí sobre ella en una bitácora y en un letárgico sueño

Esta chica acompaña a sus silenciosas amigas, en sus pensamientos pasando primero por la gasolinería, y después por el supermercado. Al girar a la derecha, justo al lado de una palmera ve un edificio blanco de dos pisos con unos juegos para niños bajo un toldo. Al crecer, por lo general ellas no recuerdan ni sus nombres, ni sus deseos. Ellas se mueven en grupo bajo el sol de la mañana, sin abandonar el espectro

Esta chica lleva a un bebé al consultorio médico

Esta chica se retuerce en caprichosos giros del cuerpo y sufre una dependencia a la rareza del lenguaje
Esta chica sacude los estantes en el departamento de alguien, haciendo un pacto de mutua borradura con el polvo. En el interior la otra se apodera de su apariencia, le da textura. En el patio bajo la ventana arde el globo, la llama se apodera también de su esperanza

Esta chica dice: “yo quiero describir este evento, también”. Pero no encuentra las palabras: será que ya están muy lejos en el camino, o será que sangran, destrozadas por un proyectil

Esta chica baja al refugio antiaéreo
Esta chica emigra urgentemente
Esta chica cataloga las causas de la paranoia
Esta chica ansía saber
Esta chica casi no pesa, cabe en la punta de su propio dedo meñique. Ella es capaz de ser invisible y está echa prácticamente de nada. No es posible imaginarla por completo. Como dije, ella es empíricamente ingrávida, y no puede aterrizar en ninguna de las superficies
Esta chica no tuvo tiempo de leer mi mensaje antes de que se fuera
Esta chica es temerosas formaciones de cuarzo, disparadas en una fracción de segundo. Ella se acerca hacia el beso a través de lo falso de sus encuentros desgarrándose la piel

***

Quien sería yo si frente a la ventana encendieran dos velas verdes – en señal de duelo o de misterio. Si eso sucediera todas las noches. Serían suficientes dos luces saltarinas del color de tus ojos, para convertirte en alguien más, aparte de una referencia.

Si no hubiera escrito estas palabras, por cierto, yo no escribí estas palabras. Si hubiera pasado en un automóvil, equipado con un motor sagrado. Si no fuera sigiloso el desplazamiento, aunque, el cielo está casi despejado. Si no fuera por el multilingüismo, qué sería el silencio. Qué sería de los tiempos. Times new roman, al parecer, eso. Veremos qué pasa.

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